DIARIO DE UNA LIBÉLULA

Diario de una libélula

Había recorrido un cierto tramo de calle
La libélula estaba a mi lado
Mi cuello me pedía descanso
El león del Egipto tenía mucha hambre
Solías ser risueña cuando corrías
Con tus zapatitos rojos
El sol opacaba tu mirada
Dos veces y con furia
Y tu Seguías a mi lado
Tus alitas de colores
Rojo, Gris, Azul
Se cayeron de pronto
El ratoncito se metió en mi estomago
Mordió cada órgano de mi cuerpo enfermo
Sentí que me amabas, libélula…
Mis brazos me traicionaron
Mis labios se hicieron el muerto
Mi pequeño mundo sufrió un holocausto
Nunca habían besado mis labios
Tan suavemente como tú los besaste
Libélula, sonreíste eternamente
Mi mundo se hizo el feliz niño
La florcita roja se encanto con tu mirada
El dragoncito de madera
El perrito sin patitas
Los duendecitos de colores ahora podían subir las escaleras
Tuve en mi pecho una húmeda desventaja
Ahora
Solo quiero sentirte
Extrañarte, Esperarte
Tratando de
Cerrar el libro de mi vida.